jueves, 6 de mayo de 2010

Una bella amistad

Las personas vienen y van, las palabras se pierden en el viento y la amistad, la amistad permanece. No importa la distancia, no importa si llueve o truene, los lazos afectivos se mantienen por siempre. Los momentos quedan grabados en los recuerdos y en la piel, y cada suspiro que se tiene al traerlos al presente, hacen de ese instante algo mágico y alegre.

¿De qué sería la felicidad si no existiera la tristeza? Cada circunstancia de la vida es una oportunidad para darnos cuenta del valor y el significado que tiene cada persona, que tiene cada cosa. La vida termina siendo nuestra mejor maestra y nos deja la experiencia como herramienta para saber qué decisión mejor tomar.

Podemos estar muy entusiasmados un día y al otro estar muy deprimidos, podemos en un día lograr grandes objetivos y al siguiente quizás no lograr nada, pero de eso se trata. Cada mañana nos espera algo nuevo aunque no lo notemos, todo lo que nos rodea nos termina influyendo hasta aquello que pasa por desapercibido.

El presente ha sido el resultado de lo que construimos en nuestro pasado, y el futuro que se nos presenta por ratos incierto, tendrá la huella de cada paso que demos hoy. El bien y el mal siempre existirán y ante un dilema estaremos, lo importante es saber que muy en el fondo sabremos qué es lo mejor para nosotros.

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